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viernes, 27 de septiembre de 2013

Escolaridad, (J)aulas De Un Sistema Podrido.





 “Por cariñosos que seáis,
por amena que sea vuestra conversación,
por bondadosos, afables y simpáticos
que os mostréis en el trabajo y en el descanso...,
jamás mereceréis nada,
a excepción del desprecio.”
(Fantasma del castigo. Sobre la forja del profesorado. Pedro García).



Activa presencia,
de legañas, cuajas esquirlas.
El trabajo sucio del sistema;
Escolaridad,
Mutilación de la unión simbiótica
madre-hij@,
adoctrinamiento,
sumisión,
infanticidio.
Llantos, infinita tristeza y miradas.
Amargura y resignación.
Desfallece un poco más
el sentido organizativo,
se lapida al pensamiento crítico e independiente.
Termina la clase,
(J)aulas vacías.
Queda al fondo,
sobre una gran pizarra;
el yugo opresor,
democracia demofalacia,
la herencia feudal
del criminal dictador.

Y al amanecer,
se repetirá de nuevo
el día de la marmota.
Ilusiones muertas, vacíos, sueño y legañas.
Vuelta a empezar, otra vuelta de rosca,
alimentar al engranaje
de un sistema sin escrúpulos.


“A mí lo que me extraña, y casi me aterra, es que no todos pierdan la razón en el aula; lo que me horroriza y casi me deprime es que haya profesores (y policías, y militares, y carceleros) “felices”, a gusto en su empleo, clínicamente sanos. “

jueves, 5 de septiembre de 2013

Aquella.



“Fiel como las estrellas,
que detienen su brillante ocupación;
rauda como cuando en la casa nueva del Génesis
las encendí yo…” (Emily Elizabeth Dickinson 1830-1886)


La joven dulce y desnuda
sucumbe al sueño de los lienzos,
entre alfeñiques marcos de cartón piedra.
Aquella cuya amabilidad se acentuó
en las últimas hojas del almanaque.
Como si el tiempo intuyera tras un velo
que Aquella que con su fuego pintó lo externo,
trazó un camino que lleva a la eternidad;
a donde viven los cipreses rojos,
movidos por las manos suaves de Aquella otra joven dulce y desnuda.
Y Aquellas  que convirtiéndose en polvo
se diluyeron entre las estrellas.
Duermen en su Luna,
 muchos corazones custodian desde entonces
para satisfacer el  voraz apetito del desconsuelo,
por las ausencias, en el silencio de las noches.

…a pesar de todo, en las noches de verano en tierra de la amargura, los grillos cantan y cantan siempre a dos estrellas,
cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan  siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas…